El beso de la noche

Este libro de cuentos, de cuidado rigor en el lenguaje, se acerca a las precisiones abiertas de la poesía y le ofrece al lector la inmersión en dos mundos cuya semejanza surge de la extrañeza, quizá de lo insólito pero posible. Algo destella después de los logros autónomos de cada cuento. En el momento en que el lector cierra El beso de la noche y se pregunta ¿dónde he estado?, ¿acaso es posible salir de allí? aparece el misterio del conjunto. Su dolorosa verosimilitud. Un grupo de cuentos explora los escondrijos de lo inexplicable que alberga la realidad. Otro grupo se sitúa en las devastaciones de lo real y pone en evidencia su naturaleza de espanto. Así la totalidad cumple una aguda sentencia de W. Gombrowicz: la realidad tiene un poder de purificación. De ese exorcismo, de la pericia narrativa, de la ambición poética, aparece la maravilla perturbadora de estos cuentos que atrapan desde el inicio y acompañan después de ser leídos con su encanto inagotable.